viernes, 27 de enero de 2012

Fuiste primero un trazo tímido

Las mudanzas siempre tienen algo bueno y positivo. Limpiando un armario, ordenando un cajón o echando la vista atrás al blog de Impresiones, vuelves a encontrar algo que ya no recordabas que estaba ahí  y que el hecho de recuperarlo, de volverlo a ver, te ilusiona como la primera vez que lo hallaste. 

Eso mismo nos ha ocurrido con el trabajo de uno de los primeros ilustradores que aparecieron en Impresiones. Volvemos a sacar un poema marca de la casa al apasionante trabajo de David Bray. Un millón de gracias, David. Volveremos a mencionarte, dalo por hecho. Nuestras palabras están muy a gusto entre tus dibujos.




Me pides que descubra
los trucos del aprendiz de brujo que soy
cuando me inclino
sobre la mesa de mi estudio 
y pretendo dibujarte.
Sabes que si supiera escribir,
serías sin duda
un extenso poema de amor.
Lo que ocurre
es que nada entiendo de palabras.
Solo construyo líneas 
que traen consigo otras líneas
que llaman a gritos a otras
que se traen a todas sus amigas de la infancia...
para que después terminen imitando
a una realidad cualquiera.
Pero no te sé negar secretos...
Tú ganas...

Despejo la mesa de distracciones,
me visto con la apariencia adecuada
mientras afilo el instrumental
con el que abriré en canal
esta hoja en blanco que me observa
impávida y resignada por su futuro.
Primero eres un trazo tímido,
una marca casi imperceptible 
que mi lápiz dubitativo
marca en un papel amarillo y virgen.
Es similar
a cuando un amante desnuda al otro
en el silencio de los besos,
cuando comienzan ambos a amarse
por primera vez.
Es un movimiento inicial
tembloroso y pueril.
Es el principio.

De ese hilo de carboncillo,
con algo más de valentía y textura
mana un río de líneas
que surcan la hoja al galope
de norte a sur
huyendo de su propio origen.
Fabrico uno, dos, tres, cuatro, cien, mil.
Se amontonan los trazos delgados
encima de los gruesos 
que se atrincheran en el fondo de la cuartilla.
Discuten y pelean entre sí
como los niños pequeños
que son en realidad,
como si el protagonismo de uno
quisiera eclipsar el brillo de otro.
Esas líneas aún no lo saben
pero serán mañana
detalles de tu pelo.

Me detengo toda esta vida
en el verde de tus ojos cálidos,
en fijar al milímetro
esa mirada que me mira
y que solo al hacerlo,
me desarma,
aunque mi neutro lapicero
no sepa darle color.
Te dibujo observándome
como si el tiempo
tuviera la deferencia
de detener sus manecillas
para poder calcarte con calma.
Pero sabes que no es así,
que aprendí a dibujarte de memoria
en las ausencias cotidianas
en las que te conviertes
cuando no estás.

Lo que fue principio al principio
poco a poco se va convirtiendo
en el final del dibujo
que he robado del papel amarillo.
Retoco tu boca a medio abrir
que parece discrepar con el resultado,
como si la falta de sonido
que tus labios tienen
protestara por haberte hecho
de tal forma o de tal otra,
una protesta silente
que mi lápiz se venga con frialdad
rechazando toda reclamación.
Mis dibujos no son democráticos.
Están atados a la dictadura
que persiguen definirte.
Ni tan siquiera puedo discrepar
sobre lo que mis trazos imponen.

4 comentarios:

  1. Gracias por tu comentario en mi pequeño rincón y por la generosa aclaración de las intenciones que guían tu quehacer en este mundo casi intangible de sentimientos y gestos.
    Mi Blog está a tu disposición, así como yo y mi trabajo si en algún momento me necesitas.
    En los últimos meses ando con el tiempo "complicado" pero siempre encontraré un momento para estar en el lugar que sea preciso.
    Un abrazo y te deseo una maravillosa andadura en el universo de la palabra y el verbo.
    Un abrazo.

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  2. Seguimos en contacto, María.

    Un placer haber tropezado por casualidad con tu blog. Es una gozada estas casualidades casuales de la vida digital...

    Un beso,
    J.

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  3. Hi Javier

    Thats amzing! Really beautiful

    Best
    d

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