jueves, 15 de diciembre de 2011

“…una espina entre tantas rosas”

No es habitual entre las filas de Impresiones comentar asuntos políticos. Pero toda regla tiene su excepción. Y la excepción es ésta. Transcribimos una carta de Rodrigo López, un trabajador afectado del Valle-Inclán, que están en una situación, digamos que complicada y muy difícil (por suavizarlo). Siempre se recorta del mismo sitio, el pobre currito que se queja pero que no se oye ni molesta demasiado. Habría que plantearse si es el sitio adecuado ya que parece que no funciona.

Cartel de la obra Agosto 

Que haya cabestros que vociferan desde su particulares tribunas, nos molesta y mucho. El subtítulo del blog es "... que comparte aquello que de alguna forma nos importa". Esto nos importa y mucho. Aunque esto se aleje de la literatura, pensamos como pensamos y publicamos lo que publicamos. Cada cual que aguante su vela. Somos un pequeño altavoz. 

Así que os pedimos que se oiga en los Twitters, Facebooks correspondientes nuestra queja. Este señor Anson (que no Ansón) no puede tirar la piedra y esconder la mano, aunque los nuevos inquilinos de la Moncloa estén de acuerdo. 

Se ha creado un blog específico para este asunto. Está ubicado aquí



Carta abierta a D. Luis María Anson: 

 ! ! ! “…una espina entre tantas rosas” 

Estimado Sr. Anson: 

A propósito de su artículo de opinión publicado en el diario El Mundo, con fecha del trece de diciembre, me gustaría comentarle que es conveniente informarse antes de escribir desde un púlpito mediático como el suyo. Supongo que no es casualidad que sus palabras coincidan con el cambio de gobierno y el proceso de oposición injusta en el que estamos la mayoría de trabajadores del teatro Valle-Inclán. 

Primero comentarle que no somos 26 electricistas, (sería más correcto técnicos de iluminación), ya que hay contratado alguno más de refuerzo. Para su información hay tres turnos de trabajo, y uno de ellos (a pesar de usted) está librando, es decir que si dividimos el personal entre cuatro salas tocan a dos técnicos de luces por sala. Caso similar para las demás secciones, lo cual no parece un despropósito. Espero que para un hombre de letras como usted estas operaciones matemáticas no sean muy complejas. 

Ya sé que su amigo Enrique Cornejo utiliza una persona para todo (luces, sonido, maquillaje, sala, limpiabotas, etc.), haciendo trabajar a la gente en condiciones lamentables, pero por suerte para todos, éstas en el teatro público son dignas. Hay vacaciones, libranzas, permisos, seguridad e incluso se trabaja. Su amigo, ni de lejos, hace producciones de la categoría del CDN, y si las hiciera desde luego no costaría 15 euros la entrada. 

En “Agosto” Carmen Machi y Amparo Baró están soberbias, pero para que sea un gran espectáculo es necesario que haya técnicos trabajando entre diario, fines de semana, y festivos. Para que gente como usted disfrute. Es cierto que el teatro público tiene problemas de organización y seguramente podría gestionar mejor los recursos económicos de los que dispone, pero no haga demagogia barata atacando a los técnicos y mire hacia arriba. 

Para su curiosidad la nómina neta de un técnico del CDN es de 1250 € aproximadamente. No estaría de más que nos dijera si son necesarios 56 sueldos de la Real Academia de la Lengua que pagamos todos los españoles con esos impuestos que a usted tan poco le gustan. Igual podríamos prescindir de los sillones correspondientes a las letras minúsculas.

Hay un bonito libro llamado La Constitución Española que dice: “El Estado deberá promover el progreso de la Cultura y la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida” ( en ese orden ) No hace falta que les de ideas a sus amigos políticos, ellos ya saben lo que tienen que hacer. 

LA CULTURA NO ES UN GASTO, ES UNA INVERSIÓN.

Esta carta está dedicada a los once trabajadores de Enrique Cornejo, que bastante tienen con lo suyo. 

P.D: En el futuro espero que pague usted su entrada y la de sus acompañantes, así contribuirá a mejorar la salud de las arcas públicas. 

RODRIGO LÓPEZ CASALEIZ 

Técnico de luces Teatro Valle-Inclán

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