martes, 29 de noviembre de 2011

Rayuela. Prólogo

En Impresiones, una de las apuestas más arriesgadas que queríamos llevar a cabo desde hacía tiempo era la edición digital de Rayuela, del maestro Julio Cortázar. Estamos muy contentos de compartir con todos vosotros nuestra primera incursión en este género. Y nada más y nada menos que empezamos con Rayuela, posiblemente la mejor novela jamás escrita, con permiso de Cervantes y de su Quijote.


Rayuela es una de esas novelas que marcan un antes y un después tras su lectura o su edición. Una novela compleja, un reto, un regalo. Rayuela es un fragmento (o muchos) del buen hacer literario, de la vida misma, del amor, del desamor, de la cultura, del encontrarse en París para volverse a perder. De ahí que, explicar en esta breve introducción lo que supone o supuso Rayuela, lo que es en sí, no es más que un despropósito por nuestra parte, uno más... 

Rayuela se publicó por primera vez 1963, en una época donde había ordenadores, ni enlaces, ni hipervínculos, ni Google, ni Facebooks... Y sin embargo, al reelerlo, al ver su prodigiosa estructura, da la sensación de que el autor estaba escribiendo como leemos buena parte de nosotros hoy en día. Una lectura a saltos, a fragmentos...



Rayuela son varias novelas. Dejemos la explicación al propio Cortázar en rojo y verde, para que se distinga bien las palabras del autor de las nuestras:

Tablero de Dirección

A su manera este libro es muchos libros, pero sobre todo es dos libros.

El primero se deja leer en la forma corriente, y termina en el capítulo 56, al pie del cual hay tres vistosas estrellitas que equivalen a la palabra Fin. Por consiguiente, el lector prescindirá sin remordimientos de lo que sigue.

El segundo se deja leer empezando por el capítulo 73 y siguiendo luego en el orden que se indica al pie de cada capítulo. En caso de confusión u olvido, bastará consultar la lista siguiente1:

73 - 1 - 2 - 116 - 3 - 84 - 4 - 71 - 5 - 81 - 74 - 6 - 7 - 8 - 93 - 68 - 9 - 104 - 10 - 65 - 11 - 136 - 12 - 106 - 13 - 115 - 14 - 114 - 117 - 15 - 120 - 16 - 137 - 17 - 97 - 18 - 153 - 19 - 90 - 20 - 126 - 21- 79 - 22 - 62 - 23 - 124 - 128 - 24 - 134 - 25 - 141 - 60 - 26 - 109 - 27 - 28 - 130 - 151 - 152 - 143 - 100 - 76 - 101 - 144 - 92 - 103 - 108 - 64 - 155 - 123 -145 - 122 - 112 - 154 - 85 - 150 - 95 - 146 - 29 - 107 - 113 - 30 - 57 - 70 - 147 - 31 - 32 - 132 - 61 - 33 - 67 - 83 - 142 - 34 - 87 - 105 - 96 - 94 - 91 - 82 - 99 - 35 - 121 - 36 - 37 - 98 - 38 - 39 - 86 - 78 - 40 - 59 - 41 - 148 - 42 - 75 - 43 - 125- 44 - 102 - 45 - 80 - 46 - 47 - 110 - 48 - 111 - 49 - 118 - 50 - 119 - 51 - 69 - 52 - 89 - 53 - 66 - 149 - 54 - 129 - 139 - 133 - 140 - 138 - 127 - 56 - 135 - 63 - 88 - 72 - 77 - 131 - 58 - 131



Nosotros queremos publicar una de ellas. Concretamente, la segunda, la que comienza en el capítulo 73. Después, cuando tengamos todas, que el lector decida leer el libro de la primera forma.

En nuestra edición, se ha buscado destacar aquellos aspectos de Rayuela que la hacen única. Se ha pretendido hacer el seguimiento de la lectura/lecturas más cómodo. Así, se ha coloreado cada capítulo según el lugar en el que se se encuentre el lector, es decir, en naranja, lado de allá, en verde, lado de acá y en burdeos, capítulos prescindibles. Nuestra intención era que lector tuviera la sensación de saber siempre dónde se encontraba en cada momento. Hay que señalar que los citados capítulos prescindibles ocupan más de la mitad del libro. Ironías cortazianas...





Hemos compuesto la edición con numerosos enlaces, tal y como le hubiera gustado a Cortázar. Los hipervínculos que muestran el orden de lectura en esta novela son esenciales. Pondremos el color del enlace del mismo color de la parte en que se encuentre, ya sean los lados de allá, los lados de acá o si se trata de los capítulos prescindibles.

Se acompañará la lectura con más de cien ilustraciones y fotografías relacionadas con el mundo del jazz, desde carátulas de discos, carteles de festivales, dibujos, etc. hasta un fotografía de Picasso sumamente divertida y original. 

Desde aquí, agradecer el ímprobo trabajo de la Revista Litoral, que ha seleccionado gran parte de las imágenes empleadas.

Por último, tan sólo queda invitar al estimado lector a que se sumerja en el fascinante mundo de Rayuela, sin complejos de ninguna condición, donde todo es posible (hasta las trampas, como las que tiene el capítulo 34) o las faltas de ortografía a sabiendas) donde todo fue, donde, quizás algún día, al fin encontremos en París, en Buenos Aires, acá o allá, a la Maga, preguntándonos, ¿dónde estaba vos?

Anticipamos que serán post largos, por la la lectura se recomienda que sea lo más fragmentada posible para que no sufran demasiado los ojos. Intentaremos ilustrarlo para mitigar ese esfuerzo de leer en pantalla.

Que el paciente lector se prepare para el viaje y que lo disfrute como lo hemos hecho los que volvimos de Rayuela, siempre distintos a como fuimos y éramos.

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